Esto pasa mínimo una vez por año, cada año. Hace más de diez años. Y siempre duele. Algunas veces más que otras, pero siempre duele y por algún motivo me sorprende eso. Porque creo que podría estar acostumbrada, que podría tolerarlo, o ignorarlo, o lo que sea. Pero no puedo.
Me pongo en distintos lugares. Me entristece apartar a mi papá cuando él hiere a mi mamá y se pelean, y yo me quedo más de su lado que otra cosa.
Nunca pude ponerlo en palabras, o quizá alguna vez lo hice, pero me pone mal hacer esto. Esto de dejarlo de lado.
Esta noche creí que estaba mal por sentirme gorda. En un momento sí, me deprimí por eso.
Pero en realidad están pasando muchas más cosas. Cosas peores, en cierta forma. Más profundas que ese dolor superficial más que nada derivado de influencias mediáticas. Porque si no me hubieran mostrado que "es más atractivo, más lindo ser flaca" y que "ser gorda no está bien, no es lindo" probablemente no me sentiría así. Lo dudo bastante.
Pero, en fin, no sé en qué va a culminar esto (de la separación). Sólo sé que me tiene mal, y que necesitaba expresarlo en algún lugar.
Yo quisiera poder hacer algo al respecto. Y de hecho, un día, intenté algo. Hice algo así como una manifestación artística, si se quiere. Pegando carteles en casa con palabras y frases de motivación, para que mi papá termine unas cosas que hace rato esperamos. Pero también palabras con valores, para todos, palabras como "amor", "familia", u "hogar". Todas en mayúsculas, en marcador, en hojas borrador pero del lado liso, en distintos lugares de la planta baja de casa. De nada sirvió. Él, el segundo o tercer día después de eso, pegó en la puerta un cartel con las palabras "respeto" y "empatía". Yo no lo podía creer. Después de eso despegué todos los papeles y los tiré a la basura.
Si alguien puede o va a salvar a esta familia, tristemente no creo ser yo.
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