El caso es, lloraba porque noto que lo material no me llena ni un poquito. Yo sé que podría ser feliz con menos, siempre que tenga la compañía adecuada.
Capaz digo estupideces, capaz sí soy malagradecida. Yo acá tengo que estar ¡pum! para arriba, enfocada en el estudio. Persiguiendo mi futuro. ¡Pero no es tan fácil! No me pude concentrar en el estudio por los problemas que mencioné en blogs anteriores. Mi amiga estaba y hacía que no fuera tan duro atravesar esas tormentas, pero las ganas de estudiar no crecen en los árboles. Jamás lo hicieron.
Quiero estar bien, por Dios lo juro, ¡¡yo quiero estar bien!! Y no quiero que sepan que estoy mal, realmente. No me gusta sentirme una carga para nadie. Necesito estar bien. Pero cada vez escucho más fuerte el grito de ayuda interno.
No quiero empezar el momento de victimización, pero yo quería (o creí que quería) la ayuda de mi novio, y creo que no supo encontrar la manera de encararme, a tal punto que me convertí en una carga, e hice que él mismo se pusiera mal. Ahora cuesta mucho avanzar en la relación, sanarla. Me siento como una manzana podrida, la verdad.
Quiero reinventarme, salir adelante, encontrar placer de nuevo en las cosas placenteras. Y sigo sin saber exactamente cómo. Yo sé que necesito ir a terapia, pero no me está siendo fácil para nada ir con la psicóloga que quería ir (es la que elegí basándome en reseñas de internet, porque no sé cómo más hacer). Me comuniqué hace bastante y no tuve respuesta, y hoy volví a comunicarme hasta a un número supuestamente para conseguir turnos. Así que supongo que sólo queda esperar.
Como noticia de otro color, a partir de mañana cuando despierte voy a empezar a escribir "morning pages". Es algo que descubrí hoy en YouTube y promete ayudar mucho.
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