sábado, 25 de marzo de 2023

Voy como en caída libre

Hoy, a pesar del bajón, después de hacer un budín de banana, para el que venía juntando fuerzas para hacer, me bañé y junté aún más fuerzas y salí a merendar pasadas las 6 de la tarde a una placita como a 1 km de (la) casa (donde vivo ahora). Me hizo bien. Escuché música y escribí esto en un cuadernito que llevé porque sabía que me tendría que poner a hacer algo para disimular la soledad.
A veces siento que estoy tocando fondo. Hoy lloré fuerte en la ducha. Me sentía fatal. Todos los pensamientos negativos me estaban inundando, y la idea de necesitar ayuda y no querer molestar a las personas me dolía también, me angustiaba, me preocupaba. 
Hay sol y arcoiris al final de la tormenta. Hay luz al final del túnel. Esta semana empecé terapia de psicoanálisis. Y me gustó mucho la primer sesión. Tengo esperanzas. Voy a salir de esto.

Voy como en caída libre... pero eventualmente se aterriza.

lunes, 20 de marzo de 2023

El momento del skincare

El bendito y maldito momento del skincare. Últimamente lloro seguido al hacérmelo. Algunas veces por no verme linda frente al espejo. Y otras veces el dolor es algo más complejo. Como hoy. Hoy me dolieron otras cosas más que las ideas superficiales. Sentí dolor por sentirme malagradecida, otra vez. Por sentir que estoy acá, que "lo tengo todo" y a la vez "no tengo nada". Que mis padres y mi hermanito están en casa (y ya los extraño mucho, ¡carajo, no pasaron ni dos meses enteros sin estar en casa!), y que quizás esa casa bajo los ojos de muchos, no sea tan linda como esta casa en la que vivo. Pero vivo totalmente sola. En realidad no estaba viviendo sola, y eso me sanó muchísimo; amo y agradezco a mi amiga que me hizo compañía por unas semanas (claro que la compañía fue mutua, no quiero sonar mal, como si la hubiese usado). Pero ahora estoy de nuevo sola.
El caso es, lloraba porque noto que lo material no me llena ni un poquito. Yo sé que podría ser feliz con menos, siempre que tenga la compañía adecuada. 
Capaz digo estupideces, capaz sí soy malagradecida. Yo acá tengo que estar ¡pum! para arriba, enfocada en el estudio. Persiguiendo mi futuro. ¡Pero no es tan fácil! No me pude concentrar en el estudio por los problemas que mencioné en blogs anteriores. Mi amiga estaba y hacía que no fuera tan duro atravesar esas tormentas, pero las ganas de estudiar no crecen en los árboles. Jamás lo hicieron.
Quiero estar bien, por Dios lo juro, ¡¡yo quiero estar bien!! Y no quiero que sepan que estoy mal, realmente. No me gusta sentirme una carga para nadie. Necesito estar bien. Pero cada vez escucho más fuerte el grito de ayuda interno. 
No quiero empezar el momento de victimización, pero yo quería (o creí que quería) la ayuda de mi novio, y creo que no supo encontrar la manera de encararme, a tal punto que me convertí en una carga, e hice que él mismo se pusiera mal. Ahora cuesta mucho avanzar en la relación, sanarla. Me siento como una manzana podrida, la verdad.
Quiero reinventarme, salir adelante, encontrar placer de nuevo en las cosas placenteras. Y sigo sin saber exactamente cómo. Yo sé que necesito ir a terapia, pero no me está siendo fácil para nada ir con la psicóloga que quería ir (es la que elegí basándome en reseñas de internet, porque no sé cómo más hacer). Me comuniqué hace bastante y no tuve respuesta, y hoy volví a comunicarme hasta a un número supuestamente para conseguir turnos. Así que supongo que sólo queda esperar. 
Como noticia de otro color, a partir de mañana cuando despierte voy a empezar a escribir "morning pages". Es algo que descubrí hoy en YouTube y promete ayudar mucho. 

lunes, 13 de marzo de 2023

Levantando mi propio templo

Yo puedo sola. Sé que puedo salir de este pozo sin (su) ayuda. No sé si puedo sola, en realidad. Pero sé que de él ya no voy a esperar nada más. Y así, sólo así, puede que las cosas sí funcionen.
Mi mente va a pensar en otras cosas. Diferentes. Ya no se va a detener en lo que no me fue brindado. Es dar vueltas sobre algo imaginario. Y para eso, para imaginar cosas, cosas que no sucedieron, decepcionarme y angustiarme, no-tengo-tiempo.
Necesito seguir. Necesito levantarme. No voy a pensar (más que para escribir esto) en lo que quise recibir, lo que yo sé que dí y daría sin pensar dos veces, y no conseguí.
Espero que plasmarlo en el texto me ayude a concebirlo.

domingo, 12 de marzo de 2023

Tengo ganas/Juro

Cada tanto, últimamente con más frecuencia, tengo ganas de irme lejos. No tan lejos. Hablo de algo dentro de todo asequible, como irme a pasear por un día a Tigre, yo sola. De preferencia yo sola. Esta idea la tuve el año pasado también. Pero no me animé a llevarla a cabo, y todavía no he podido. 
Estos días, ya semanas, no me he sentido del todo bien. Lo juro. Mi relación de pareja lleva meses con una inestabilidad que no mejora. Sólo parece ir en caída libre. Y he intentado terminar, por mi bien y por el bien de ambos. Pero él me dice que tengo que intentar, que "intenté por al menos más de dos días". Pero, ¿qué pasa? Que él me dijo que también intentaría hacer lo que yo le pedí que haga, que es, básicamente, demostrarme más interés y más afecto. No sé si me entendió que es eso lo que necesito que intente. O si para él intentar es eso que me dice que hace "intenta sostener la relación, ya que 'me ama'". Me dice que no le es fácil ser afectivo como antes o tener deseo sexual, y que esto último no es por no sentir atracción hacia mí, sino que ambas cosas son por estar "agotado" de las peleas constantes. Pero lo que yo intento que vea es que las peleas surgen porque yo sí hago esto de "intentar" (¿intentar qué? No terminar la relación, seguir esperando que él se sienta mejor a través de "no causar peleas"), por varios días, a veces. Pero cuando me ilusiono pensando que entonces él ya debería darme esos detalles que espero, la atención que pido, y me decepciono al no recibirlo. Entonces ahí "causo peleas" (como él dice, depositando toda la culpa en mí). Entonces, él no está cumpliendo con su parte de "intentar" y la verdad, al menos yo siento que esta termina siendo una situación en la que sólo estoy trabajando yo. Como si fuera un castigo que debo recibir.
Me cuesta entender, además, que necesite días (en realidad me dijo "meses") para darme amor devuelta, para demostrar deseo sexual por mí, cuando a mí, con una reconciliación me basta. Es decir, ¿por qué alargarlo tanto? Me dice que está cansado porque busco terminar la relación casi todos los días. Pero creo que claramente no se detiene a pensar en por qué hago eso y tratar de trabajar en ello. Sólo dice que "tenemos que intentar" (en realidad es "tengo que intentar" porque como la que "causa problemas" soy sólo yo, y él supuestamente es un ser de luz, más allá del bien y del mal -así siento que se percibe, sinceramente-). Cuando intento terminar, es porque me doy cuenta de que la relación parece haber llegado a un punto de no retorno, y estoy cansada de pasarla tan mal.
Cabe mencionar que el detonante de la constante inestabilidad en la relación pasó hace meses, un 21 de enero para ser más exactos, y después más adelante en otra fecha cercana. Dos ocasiones en que él hizo cosas que además de traicionar mi confianza, lastimaron mi autoestima (que él ya sabía que era frágil). La primera fue lo más grave, y la segunda fue agravante. No voy a dar detalles, porque ya es muy íntimo. Pero, a lo que voy es, ¿por qué tengo que estar pasando yo ahora por este "castigo" de "tenés que intentar no pelear y esperar a que yo me recupere", cuando yo no fui quien hizo el daño inicial? No sé si es que se olvida de lo que pasó o no le da la debida importancia, pero para mí es muy injusto que yo sea la que deba hacer el esfuerzo de soportar esto, cuando quien cometió errores graves y me lastimó fue él. 
En esos dos momentos yo perdoné y acepté seguir adelante, y esa es la razón por la que estamos juntos aún. Pero no estaba sana. Esas situaciones me dejaron insegura y entonces yo repetidas veces seguí "causando problemas" por hacer planteos respecto a ellas. A esto se refiere él con "lo que lo agotó". Está bien, no debe ser lindo estar atascado en el pasado. Pero las cosas que pasaron me hicieron tocar fondo en algo que es muy delicado en mí, que es mi autoestima. Yo no iba a sanar del día a la noche. Hubiese sido bueno que comprenda esto. 
Algo adentro mío me dice que yo no tengo que ser quien esté haciendo el sobreesfuerzo en la relación. Yo puedo estar, puedo "intentar", y esperar. Pero no puedo esperar por meses, como sugiere él. Porque además de parecerme injusta semejante cantidad de tiempo, simplemente mi mente ahora necesita de ese amor que no me está dando. Yo se lo doy a él a pesar de las cosas que pasaron, porque como dije antes, al parecer mi tiempo de recuperación basta de una reconciliación, y vuelvo a ser la de siempre, con amor, deseo sexual y todo. Y no comprendo que necesite tanto tiempo para sanar, ¿sanar de qué, de lastimarme en un principio? Me confunde mucho todo esto. 
Una de las cosas más dolorosas es cuando dice que su parte de intentar es el "no querer terminar la relación", como yo hago. Como si fuese un delito supremo querer terminar porque me siento mal en este lugar y, a la vez, como si debiera darle un premio por no terminar conmigo. Si tan difícil le está siendo estar conmigo, ¿por qué no simplemente me deja? 
Esto se alargó tanto porque una vez que hirió mi autoestima y de la forma en que lo hizo, no se apuró a reparar el daño. Después el tiempo fue pasando, yo seguía mal y llegó el punto en que pudo dar vuelta la mesa y ponerme a mí en lugar del culpable. Y yo cedí ante eso, y prometí entonces intentar sanar la relación entre ambos. Pero pensé que los dos intentaríamos, no solamente yo. Entonces me decepcionaba cuando notaba que las cosas no estaban recuperándose como se suponía que lo harían (cuando aún no había pasado tanto tiempo como para que diga que era porque "ya está agotado"). A lo que voy es, realmente no era necesario que esta inestabilidad dure tanto, llegar a este punto. La relación pudo recuperarse antes, pero quien no puso de su parte fue él.

lunes, 6 de marzo de 2023

jueves, 2 de marzo de 2023

Desvanecimiento

Desvanecimiento es la palabra que se me vino a la cabeza en este preciso instante. Quería escribir algo. Creo. No sé si desde antes de pensar en la palabra, o antes. O simultáneamente, como que la palabra y las ganas de escribir vinieron juntas.
Sea cual sea el caso, estoy dejándome llevar por ese gatillo y escribiendo a partir de él.
Pensaba... ¿Qué se desvanece? ¿Los sentimientos se desvanecen? En una relación, por ejemplo. Una relación de amistad. ¿Qué hace que los sentimientos positivos fluctúen... se balanceen... o se desvanezcan, incluso?
Empezás a cambiar... A abrir los ojos, quizás. A escucharte a vos misma. Y notás que hay cosas fuera de lugar. Y de repente ya no querés estar ahí. Te diste cuenta de que ya no es tu lugar. Esa amistad ya no lo es.
Y ahí, los sentimientos que solían ser positivos van esfumándose o transformándose en otra cosa. 
Pero ahora, la pregunta es: ¿Por cuánto tiempo te vas a mantener en esa especie de limbo, entre la amistad que fue, la que intenta ser y la que ya no puede? 
Y, otra pregunta: ¿Vas a dejar que el tiempo te dé la respuesta, o vas a adelantarte y actuar antes?