Son días grises, tirando a petróleo. A veces hay destellos coloridos, de mayor o menor duración, pero en general son oscuros. Y claro que ya no quiero saber más nada con eso. Claro que quisiera ponerle un fin a esta situación. Pero no me es sencillo, la verdad.
Hoy en un pequeño rango horario me sentí muy bien. Muy inspirada. Me animé a entrar a un centro de investigaciones que me llamaba la atención desde hace mucho, y hablé con un profesor de la facultad que conocí por e-mail durante el año de virtualidad. No sé si me recordó o no, pero de igual manera me trató con mucha amabilidad. Fue con la intención de tener una pasantía, pero me convenció (y con buenos fundamentos) de que lo mejor que puedo hacer ahora es enfocarme en terminar la carrera. "Lo más lindo viene después.", me dijo.
Después fui a estudiar a la biblioteca, por algo así como dos horas, bastante interrumpidas por la adicción al celular. Pero pude seguir con mi toma de apuntes para el final de Botánica, y me sirvió para otra vez entrar en ritmo. Porque realmente me salí de foco con todo esto que pasé (y sigo pasando).
Una vez fuera de la biblioteca, porque tengo que ver a mi psicóloga pero por videollamada (algo que tengo muchas ganas de hacer), volví a ponerme mal. Es como que vuelvo a... ¿la realidad? Pero, ¿cuál es mi verdadera realidad? ¿Esta en la que estoy mal anímicamente, por la relación de pareja que tengo, o esa en la estoy inspirada y con ánimos de seguir estudiando y tener un gran futuro? Yo no lo sé. Quizá ambas son mis realidades. El tema es que yo no quiero que sea así.